FLORENTINO, ¡GRACIAS POR KAKÁ!

El mejor, a excepción de las estrellas del Barça. Kaká es el mejor fichaje que ha podido hacer el Real Madrid para enderezar el rumbo de su nave hacia el fútbol de calidad que desea su afición y todos a los que nos gusta el fútbol de calidad, de toque. Ese fútbol al que Clemente llama despectivamente de tiqui-taca.

El chico lo tiene todo. Un trato exquisito del balón, tiro a puerta, tiene gol, lanza bien las faltas, pasa el balón de ensueño, sabe adaptarse al juego en equipo, no es egoista y, como demostró en su primera comparecencia en Recife como madridista, sigue teniendo ambición y ganas de triunfar.

Eso en el plano deportivo. Pero como en todos los futbolistas ( o las personas) es fundamental analizar también el plano personal y el brasileño en este aspecto también es impoluto. A sus 27 años le queda por vivir lo mejor de su carrera. Su madurez como futbolista la disfrutaremos en españa donde tendremos el placer de verle jugar semana tras semana. El brasileño además es discreto, pero tiene una buena imagen comercial, como le gusta a Florentino. Es un buen chico, muy religioso, feliz (siempre está sonriendo), profesional hasta el final, cuida su cuerpo y evita excesos y escándalos innecesarios. Vamos, que no le veremos en Joy Eslava, o en el Budha de moda casi con seguridad ninguna noche. Todo lo contrario que Cristiano Ronaldo, del que se puede esperar mucho deportivamente, pero del que se duda al hablar de su vida fuera de los terrenos de juego. Y más en Madrid, tentación permanente para un chaval joven con muchísimo dinero. La verdad es que por ejemplo Beckham nos sorprendió a todos por su profesionalidad y nada ocurrió en Madrid que se le pueda echar en cara que no fuera dentro de los límites de los 100 por 50 metros de los campos de fútbol. Kaká, no. Lo contrario sería una sorpresa mayúscula.

Otra cosa es cuando hablamos de su precio. Florentino insiste en que lo caro le saldrá barato al Madrid a la larga. Que ya lo demostró con Zidane, Figo, Ronaldo o Beckahm. Ya veremos. Calculan en la casa blanca que en seis años Kaká le dejará al Madrid 275 millones de euros. Ha costado 65, más 114 que cobrará brutos durante seis temporadas son 179. Osea que el Madrid ganará casi 100 millones de euros por él. Si es así, chapeau para Florentino porque aunque saliera caro, si el futbolista marca diferencias en el campo, y es lo que se espera, hasta Pepe iba a salir barato a pesar de costar 30 millones. Insisto en que lo de Ronaldo está por ver, pero de momento sólo le podemos decir a Florentino: ¡Gracias por Kaká!

CR7 Y LA GALAXIA

Cristiano Ronaldo recoge el balón cerca de la media luna de su área. Cede a Park de un soberbio taconazo y acompaña la jugada. Es una contra vertiginosa del Manchester. El coreano conecta con Rooney poco antes de cruzar el medio campo. El delantero inglés tira de velocidad y en el momento justo cede el balón a la estrella portuguesa para que, el nombrado mejor jugador del mundo de la temporada, sólo le reste empujar a la red ante la impotencia de Almunia. En lugar de abrazarse a sus cómplices tras una bellísima jugada, CR7 le da la espalda a Rooney y se va hacia la grada del Emirates Stadium señalándose el pecho. Se había autonombrándo protagonista absoluto.
Este jugadón, que sentenció al Arsenal de Wenger en el partido de vuelta de la semifinal de la Champions, delata al portugués. Cristiano es él. Es la estrella. Es único. Es el protagonista absoluto. Malo para alguien que quiere formar un equipo. Demasiado ego. Sobra mirada al ombligo propio. Sobra egoismo.
Igual se podría decir de su actitud cuando Ferguson le sustituyó el día en que los diablos rojos celebraron su última Premier. Negó con la cabeza, torció el morro, renegó de su técnico y de su equipo en un día de alegría, de historia para el United. Todo un espctáculo a sabiendas de que el objetivo de la cámara se había centrado en él. Desentonó. No era el protagonista y se aseguró de serlo a costa de lo que fuera.
Igual le pasó en la final de la Champions cuando, tras el partido, en lugar de reconocer la superioridad manifiesta del Barcelona evidenció sus diferencias con el veterano entrenador escocés al criticar la posición que le asignó en el campo. Por no hablar de su tremendo numerito en la final de la Champions ante el Chelsea del año pasado. Puro teatro.
No gustan estas cosas de Ronaldo. Nadie duda de su calidad futbolística. Es un portento, una maravilla. Pero estas actitudes delatan una peligrosa mezcolanza entre crío y niñato que en nada beneficiaría a la formación de un grupo de futbolistas que quieren convertirse en un equipo. Quién le dice al Madrid que este chico no será una bomba de relojería el día que se le lleve la contraria. Cuidado porque el inquilino del banquillo se llama Pellegrini y hace dos temporadas le demostró al fútbol que para él no hay nombres. Y si no que se lo pregunten a un tal Juan Román Riquelme.
El mejor jugador de esta temporada será Leo Messi, el reverso de CR7 en estas situaciones. Es pequeño, es feo, apenas vocaliza al hablar, aparentemente ni siquiera está cachas. Es decir un antihéroe, un anti galáctico un futbolística escasamente mediático. Messi habla sobre el campo y poco, nada o casi nada importa lo que hace fuera de un terreno de juego. Lo que vende el argentino se cocina sobre el tapete verde de los campos de fútbol.
Igual se podría decir de Iniesta, para muchos el verdadero Balón de Oro de 2009. “No se tiñe el pelo. No se pone pearcings ni tatuajes. Si se queda en el banquillo no protesta. Si le colocas fuera de su sitio no dice nada”, dijo hace poco de él Pep Guardiola. Igual se podría decir de Xavi Hernández, al que deberían darle la mitad del balón dorado del albaceteño. La lista aumenta si hablamos de Puyol, de Bojan, de Touré, de Abidal...
Y sin embargo, el Barcelona ha enamorado al mundo con su fútbol. Ha llevado su nombre y su marca hasta los confines más remotos del planeta gracias a su espíritu de sacrificio, a la belleza de su juego que devino, por lógica, en éxitos, no por tener en sus filas a un CR7 o un Kaká. Por cierto, el brasileño es otra cosa. Siendo igual de estrella que Cristiano, su actitud es diametralmente opuesta a la del portugués.
Florentino Pérez insiste en construir un equipo, pero quiere Beckams y Zidanes que le llenen la bolsa y que devuelvan al Madrid a su dimensión galáctica. Su teoría es válida, pero esto es fútbol y no una empresa de marketing.
El mejor exponente del Barça es el equipo y su juego, su Evangelio es el fútbol de calidad y ese es su mejor reclamo. Hasta Eto'o, otro Rey Sol del fútbol actual, se ha visto apocado ante el torrente de su equipo. El Madrid podrá reunir a muchas estrellas pero si su fútbol no brilla ni el mundo del fútbol ni su afición estarán contentas. Por mucho que vendan.

El Imperio Contraataca

Segunda era galáctica en el Real Madrid que trasladada a la saga cinematográfica de George Lucas se titularía “El Imperio Contaataca”. Y desde luego que las tropas rebeldes (blancas en este caso) tienen enfrente a su particular Estrella de la Muerte: El mejor Barcelona de la historia.

Era galáctica porque, a la vista de lo escuchado hasta ahora, Florentino Pérez repetirá e intentará perfeccionar el modelo que ensayó de 2000 a 2006. Lo que nos queda por ver es si reparará los errores del pasado o si caerá, como el hombre, dos veces en la misma piedra.

Galáctica porque FP quiere llenar de nuevo el vestuario de estrellas de cualquier lugar del mundo. Nombres que además de fútbol den dinero y restauren la marca Real Madrid en todo el planeta.

La cuestión es si el Madrid cambiará en el fondo, ya que parece que no lo hará en la forma. El Barcelona ha dejado claro al fútbol mundial cómo puede funcionar correctamente un proyecto futbolístico completo. Algo que inició Rinus Michell a mediados de los setenta, que Cruyff perfeccionó y sigue pregonando como básico en su visión de un equipo y de un club y que a la entidad catalán le ha costado más de 30 años instaurar hasta sus últimas consecuencias con Pep Guardiola.

Parece que Jorge Valdano, nuevo director general, y Miguel Pardeza, nuevo director deportivo, comparten esta idea. Fidelidad a un modelo futbolístico muy concreto y no a la improvisación resultadista sin sello particular de las últimas temporadas que a pesar de los resultados no gusta a la afición. El fichaje de Pellegrini viene a engordar sus intenciones. Fútbol de calidad, buen trato del balón, toque, posesión y sobre todo una obsesiva vocación atacante. Es decir, lo que quiere el Bernabéu, lo que quiere el madridismo. Pero llevado más allá, a todos los niveles del club. Desde los alevines al primer equipo y con una dedicación especial a la cantera.

Para llevarlo a cabo no se puede fichar a cualquiera. Aclarado que el Madrid nunca quiso a José Mourinho, la elección de Manuel Pellegrini parece perfecta para ejecutar esta idea. Lo hemos visto en el Villarreal, grandioso en los últimos años codeándose con los mejores de Europa. Parece que la Biblia del nuevo departamento deportivo de Florentino persigue esa senda. La gran duda que aclarará el tiempo es si esta corriente puede compaginarse con la que tiene marcada a fuego para el club el nuevo/antiguo presidente. ¿Será compatible la idea general de Valdano y compañía con la llegada de nuevos galácticos? ¿Habrá paciencia? ¿Tendrán sitio en el equipo las joyas que vomite la cantera?

Florentino insiste en hacer en un año lo que se debió hacer en tres, lo que significa que la llegada de los Kaká, Cristiano Ronaldo, Ribery, Cesc, Xavi Alonso, Villa, Silva, Mata y compañía (u otros de similar calidad en su defecto) dejará escaso protagonismo a cualquier chaval que despunte en Valdebebas.

No hay paciencia en el Madrid para estas cosas. No es posible que Florentino (o el exigente madridismo) aguante una temporada o dos de transición hasta formar un equipo con sello personal. El nuevo presidente quiere ser campeón de Europa en mayo de 2010 y eso sí que se antoja complicadísimo en la temporada inicial de un proyecto. Lo del Barcelona y Guardiola es casi un milagro, un caso casi único en la historia. Pero el Barça lo perseguía desde hace décadas. No hay más que seguir la nómina de entrenadores y jugadores fichados por el club culé en los últimos años.

El vestuario del Madrid podría devenir en será otra hoguera de vanidades, como acabó resultando el primer proyecto galáctico. Quizá sería mejor construir un equipo más que juntar un ramillete de estrellas que engorden la cuenta de resultados para intentar a posteriori que intenten juntarse para formar un equipo.

La historia suele ser delatora en estos casos y al Madrid ni siquiera le hará falta mirar a Barcelona para hallar la respuesta. La tiene dentro en los propios hombres de confianza: Valdano, Butragueño, Pardeza, Buyo... en los que Florentino confía para devolverle la gloria al madridismo, lo vivieron en sus propias carnes. Todos formaron parte del última gran EQUIPO del Real Madrid: el de la Quinta del Buitre. En aquel conjunto, como en el Barça actual, había seis o más canteranos titulares convertidos con los éxitos del equipo en figuras de repercusión mundial, dos o tres españoles de élite y dos o tres extranjeros de esos que marcan diferencias.

Ese es el camino y ojalá el Real Madrid lo recorra para ponerse a la altura del Barça y brindarnos a los amantes del buen fútbol el mejor espectáculo del mundo. Que así sea.