vicentone, el blog de Vicente García

Un sitio para hablar de fútbol y de periodismo. Aunque no seré yo el que coarte la libertad de contenidos. Los de deportes, buena música y buen cine, son siempre bienvenidos.

lunes, marzo 27, 2006

RONALDO, SÍ O RONALDO, NO


Llevo tres semanas defendiendo a Ronaldo. Soy el primero en reconocer que no está en su estado de forma ideal, pero tampoco hay que ser muy perspicaz para ver que la descomposición de la entidad es proporcional a la de la plantilla. ¿Cómo están Zidane, Roberto Carlos, Raúl, Baptista...? ¿Por qué no se hace sangre con ellos como con el brasileño?
Antes de leionarse con el Atlético de Madrid a principio de Liga, Ronaldo cumplía con idéntica media de goles que Eto'o o Villa. La lesión y su temprana y precipitada reaparición contra el Barcelona, provocaron un periodo más largo de recuperación y la consiguiente pérdida de forma. En el caso de Ronaldo, ya se sabe... Aparecen lo kilos y las críticas. No escuso la dejadez de Ronaldo. Debe ser más profesional en ese aspecto, pero es algo que se le podía decir a "El Fenómeno" durante toda su carrera deportiva. Ronaldo nunca ha engañado a nadie en ese aspecto. El que le ficha sabe que le gusta salir, que le gusta comer y que no le gusta entrenar.
Este año además le ha hecho más daño que beneficio la presencia de Vanderlei Luxemburgo en el banquillo. Los brasileños se vieron favorecidos por el mandamás del vestuario y eso llevó relajación, enfrentamientos con los compañeros y dejadez.
El patrimonio de Ronaldo son los goles y ha hecho casi 100 en su estancia en el Real Madrid. No hay muchos que puedan presumir de esas cifras. No hay que perder la memoria ni ser resultadista. Que Ronaldo no marque en tres partidos no significa que esté acabado. Algunos, como mi buen amigo Duro, se hacen eco de los sensacionalismos de la prensa inglesa para definirle como un puding humeante... ¡Qué falta de respeto para un ex secretario técnico ante uno de los jugadores más importantes de la década! Y todo por forofismo vikingo...
Que Ronaldo ya no es el jugador que nos alucinó en el Barcelona, es una evidencia, pero ¿Raúl sigue siendo el Ferrari; Zidane, el señor que huega con el frac; o Roberto Carlos el mejor lateral izquierdo del mundo? ¿Por qué si se atreven los críticos con Ronaldo y no con Zidane, Raúl u otras vacas sagradas. Ayer (RM-Depor) volvió a marcar y a deleitar al Bernabéu y la baba volvió a correr por la grada de Chamartín. ¿Ya no está tan acabado? ¿Alguien está seguro de que Adriano (por ejemplo) dará en idéntico periodo el mismo resultado? Será difícil de ver una cosa igual y si no, al tiempo.

jueves, marzo 16, 2006

POBRE REAL MADRID



Sinceramente estos últimos días me da pena el Real Madrid. El progresivo deterioro del equipo dentro del campo parecía tener una desconocida respuesta paralela en los despachos. Nadie imaginó que todo aquello que con mimo construyó Florentino Pérez salvando a una entidad mítica en el mundo de la mismísima ruina a la que los Mendoza y Lorenzo Sanz la llevaban sin remedio, puede venirse abajo. Florentino falló en lo deportivo, eso no tiene discusión. Fue quizá lo único que hizo mal. De lo que sabía, de organizar una empresa, de sacarle el máximo rendimiento a un producto, de rentabilizar hasta el último concepto posible, de eso nadie puede dudar que ha estado bien hecho.
El Madrid es a día de hoy no sólo un club saneado, sino un club rico. Y lo que le podía venir de cara al futuro en la parcela que domina (la económica) era de un color rosado espectacular y seguramente la envidia de otros clubes europeos incapaces de rentabilizar como él a un equipo de fútbol. Con su marcha... Del rosa al negro. La posibilidad de arregalr la parcela deportiva era evidente, pero en detrimento de esto, corre un grave peligro el resto de los estamentos del club.
En sus temores porque los tiburones que acechan al fútbol (y quizás otros alertados por el olor de la sardina), nombró a Fernando Martín su sucesor. Moralemente se le podría demandar la convocatoria de elecciones con el cambio de cartel. El fútbol es esencialemente presidencialista y sin Florentino, el Madrid es otro equipo y lo de Martín, otro proyecto. Cómo Martín se precipite, el futuro del Real se torna incierto y hasta gris. Está a merced de saqueadores que jugarían con un dinero que no es suyo. Mucho dinero.
Desde que llegó a la poltrona, Martín ha equilibrado de manera asombrosa una insual sinceridad en el entrono balompédico, con sus palos de ciego en todo lo que toca. La sinceridad no basta para triunfar en esta sociedad en la que vivimos y, aunque es una virtud, muchas veces en el fútbol se convierte en un defecto.
Martín anunció a bombo y platillo hace unos días que en menos de dos semanas tendrá nuevo entrenador para dirigir el nuevo proyecto blanco. ¡Pero que ingenuo! Podría llegar a un acuerdo privado y secreto con cualquiera de los ilustres que figuran en el cartel de posibles merengues, pero nunca podrá anunciar en dos semanas que Capello, Ancelotti, Wenger o incluso Eriksson es el nuevo entrenador del Real Madrid. Sí lo podría hacer con Del Bosque o Camacho, o con los dos. esta para mí sería la mejor solución, auqnue muchos de los miembros de su Junta deberían presentarle la dimisión inmediata por permitir que hubiera salido del club por quedarle peor o mejor un traje o por dar una imagen u otra. Están para entrenar aunque no luzcan bellos en los banquillos o las salas de prensa..
Además, Martín debería saber que ya casi nada se le escapa a los medios de comunicación a la hora de anunciar un fichaje. Hay demasiados intereses en que una cosa se sepa, sea por parte del club, del jugador, de su representante o de otro agente o club de la competencia. Martín no es nadie en el fútbol e incluso a su antecesor se le destapaban las intenciones con meses de antelación, incluso con filtraciones que partían de su propia Junta.
Me da pena este Madrid porque no sabe a donde va, porque da palos de ciego y porque todo lo que contruyó Florentino Pérez se puede ir abajo. Había más cosas que no me gustaban de Florentino que las que me complacían, pero nadie con dos dedos de frente (incluso desde Barcelona) puede dudar de su labor económica e incluso social. Fernado Martín, no lo estropee. El Madrid es patrimonio de este país y lo que es más importante, del fútbol mundial.

miércoles, marzo 01, 2006

El Frankenstein de Florentino

No creo sinceramente que el vestuario se haya cargado a Florentino Pérez. O al menos no voluntariamente. No ha habido (como ha pasado en otros casos con entrenadores) un complot para cargarse al presidente. Se lo ha cargado sin querer por su actitud y su prepotencia, el denominador común de ese vestuario desde los tiempos de la Quinta del Buitre. Creo que es en esa época cuando el futbolista español da un giro brutal (hacia peor). Estoy hablando del final de la década de los 80 y el principio de los 90. En el Mundial de Italia aparecen por primera vez las listas de peticiones de los jugadores. Anteriormente cada periodista era libre de entrevistar cada mañana en el Ciudad Deportiva a los jugadores que accedieran a hablar con ellos. Desde el Mundial, la mayoría de los jugadores se libran cada mañana (o tarde) de cumplir con esa "ardua" y "costosa" labor que es hablar con los medios. Lo que ellos no parecen comprender es que con quién realmente hablan es con los aficionados y que nosotros no somos más que el instrumento que utilizan.
Digo todo esto porque creo que el mal del Real Madrid sigue estando desde entonces en el vestuario y ni siquiera la desbordante figura de Florentino ha podido sobreponerse a su poder. La generación de los Camacho, Juanito y compañía fueron los últimos jugadores auténticos, los últimos que de verdad sentían la camiseta. Luego han habido casos aislados y puntuales, pero la mayoría de los jugadores que componen una plantilla de fútbol, no son más que empleados de una empresa, que hacen su trabajo y se van a su casa.
En un negocio normal esto sería y es suficiente para que todo vaya viento en popa. Pero el fútbol es diferente. En el fútbol la unión, los sentimientos y la complicidad son claves para el funcionamiento de una plantilla. Eso no ocurre ya en casi ningún equipo (salvo honrosas excepciones) y mucho menos en la plantilla más complicada, la del Real Madrid, a la que Florentino (como sus dos anteriores sucesores), ha consentido hasta el límite de lo insospechado. El mal sigue instalado en ese vestuario y Florentino con su afán de presumir que el Madrid es el mejor del mundo en todo, lo ha alimentado como el que lo hace con sus cuervos para que al final acabes sin ojos.

Debo reconocer en Florentino al hombre que salvó al Real Madrid de la ruina y casi de la desaparición. Hay que atribuirle su habilidad política de conseguir el mayor pelotazo inmobiliario deportivo de la historia de este país y probablemente del mundo. Legal o no, moralmente aceptable o no, su amor por el Madrid le llevó a actuar de salvador de su equipo. Y, ¡vaya con Florentino! El club es otro en tan sólo 6 años. Todo ha cambiado para bien y la historia le recordará por muchas cosas. Algunas tan tangibles como la Ciudad Deportiva de Valdebebas, otras que lo son menos como el cambio interno en la entidad a nivel trabajo, organización interna y modernización.

Pero Florentino ha sido un forofo a nivel deportivo y lo ha pagado muy caro. Nunca ha hecho caso a los que le decían que la parcela deportiva debía estar en manos de los que saben y nunca ha aceptado positivamente una crítica sobre su labor porque a su lado a tenido a personas.

Es más, lo que más coraje me ha producido de sus razones para marcharse es que, en parte, ha dado la razón a los que le criticábamos su gestión deportiva y su trato con los jugadores. ¿Es que ahora los que le echábamos en cara todas estas cosas teníamos razón? Florentino, por Dios, que has pedido muchas cabezas a los jefes y directores de radios, periódicos y televisiones en tu sistema de presión insoportable a la Prensa Deportiva. No ha sabido lidiar con el vestuario y acaba reconociendo que le han dado menos problemas los 115.000 empleados de ACS que los 24 que forman la "cocina" del Bernabéu. Un vestuario que ha cambiado mucho en los últimos 20 años. El de antes se llenó de niñatos caprichosos y engreídos sin respeto a nada ni a nadie y a los que los resultados tuvieron que poner los pies en el suelo. Estos de ahora que conforman si cabe una mezcla explosiva de egos insaciables y encima lo han ganado todo o casi todo. El resultado es un grupo de figurones ingobernable. Como se ha dicho, el monstruo se ha devorado a su creador. Es la historia de Frankenstein, pero en el campo. Camacho lo vio a tiempo y se fue sabiendo lo que se venía encima. A Florentino le ha atropellado su monstruo hasta dejarle en fuera de juego.

Si yo fuera madridista estaría preocupado. Ese futuro de rosas que se vislumbraba en el horizonte ya no está tan claro. Quién le dice ahora a Florentino que a la vista de la bonanza económica del club no revoloteen por Chamartín buitres negros (va sin segundas, de momento) que quieran hacerse con el botín. Mendoza y Sanz sacaron partido personal (no voy a decir cual para no pillarme los dedos) de una situación de ruina y caótica. Que será ahora que las arcas blancas están llenas y prometen permanecer así durante muchos años después del golpe maestro (legal o no, ético o no) de Florentino. El Madrid es ahora un chollo. Dinero a raudales de otros para administrar sin dar mayores explicaciones que las que se depuran en un junta de socios anual en la que se quiere oir más a quién se va a a fichar que cómo están los números y los intestinos económicos de la entidad. Cuidadín con los buitres (vuelve a ir sin segundas) porque algunos ya han puesto sus garras en el Madrid, aunque sea en nombre de su supuesto madridismo.

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