vicentone, el blog de Vicente García

Un sitio para hablar de fútbol y de periodismo. Aunque no seré yo el que coarte la libertad de contenidos. Los de deportes, buena música y buen cine, son siempre bienvenidos.

jueves, marzo 16, 2006

POBRE REAL MADRID



Sinceramente estos últimos días me da pena el Real Madrid. El progresivo deterioro del equipo dentro del campo parecía tener una desconocida respuesta paralela en los despachos. Nadie imaginó que todo aquello que con mimo construyó Florentino Pérez salvando a una entidad mítica en el mundo de la mismísima ruina a la que los Mendoza y Lorenzo Sanz la llevaban sin remedio, puede venirse abajo. Florentino falló en lo deportivo, eso no tiene discusión. Fue quizá lo único que hizo mal. De lo que sabía, de organizar una empresa, de sacarle el máximo rendimiento a un producto, de rentabilizar hasta el último concepto posible, de eso nadie puede dudar que ha estado bien hecho.
El Madrid es a día de hoy no sólo un club saneado, sino un club rico. Y lo que le podía venir de cara al futuro en la parcela que domina (la económica) era de un color rosado espectacular y seguramente la envidia de otros clubes europeos incapaces de rentabilizar como él a un equipo de fútbol. Con su marcha... Del rosa al negro. La posibilidad de arregalr la parcela deportiva era evidente, pero en detrimento de esto, corre un grave peligro el resto de los estamentos del club.
En sus temores porque los tiburones que acechan al fútbol (y quizás otros alertados por el olor de la sardina), nombró a Fernando Martín su sucesor. Moralemente se le podría demandar la convocatoria de elecciones con el cambio de cartel. El fútbol es esencialemente presidencialista y sin Florentino, el Madrid es otro equipo y lo de Martín, otro proyecto. Cómo Martín se precipite, el futuro del Real se torna incierto y hasta gris. Está a merced de saqueadores que jugarían con un dinero que no es suyo. Mucho dinero.
Desde que llegó a la poltrona, Martín ha equilibrado de manera asombrosa una insual sinceridad en el entrono balompédico, con sus palos de ciego en todo lo que toca. La sinceridad no basta para triunfar en esta sociedad en la que vivimos y, aunque es una virtud, muchas veces en el fútbol se convierte en un defecto.
Martín anunció a bombo y platillo hace unos días que en menos de dos semanas tendrá nuevo entrenador para dirigir el nuevo proyecto blanco. ¡Pero que ingenuo! Podría llegar a un acuerdo privado y secreto con cualquiera de los ilustres que figuran en el cartel de posibles merengues, pero nunca podrá anunciar en dos semanas que Capello, Ancelotti, Wenger o incluso Eriksson es el nuevo entrenador del Real Madrid. Sí lo podría hacer con Del Bosque o Camacho, o con los dos. esta para mí sería la mejor solución, auqnue muchos de los miembros de su Junta deberían presentarle la dimisión inmediata por permitir que hubiera salido del club por quedarle peor o mejor un traje o por dar una imagen u otra. Están para entrenar aunque no luzcan bellos en los banquillos o las salas de prensa..
Además, Martín debería saber que ya casi nada se le escapa a los medios de comunicación a la hora de anunciar un fichaje. Hay demasiados intereses en que una cosa se sepa, sea por parte del club, del jugador, de su representante o de otro agente o club de la competencia. Martín no es nadie en el fútbol e incluso a su antecesor se le destapaban las intenciones con meses de antelación, incluso con filtraciones que partían de su propia Junta.
Me da pena este Madrid porque no sabe a donde va, porque da palos de ciego y porque todo lo que contruyó Florentino Pérez se puede ir abajo. Había más cosas que no me gustaban de Florentino que las que me complacían, pero nadie con dos dedos de frente (incluso desde Barcelona) puede dudar de su labor económica e incluso social. Fernado Martín, no lo estropee. El Madrid es patrimonio de este país y lo que es más importante, del fútbol mundial.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

La puerta falsa de Florentino

¿Crees de verdad que será Fernando Martín quien acabe de rematar al Madrid? A mí más bien me parece que FM recoge un cadáver...
Es increíble cómo algunos salen de todas en esta vida sin que la mierda, con perdón, les apeste a ellos... Florentino Pérez, como casi siempre, ha sabido desmarcarse cuando más lo necesitaba, como Raúl en los buenos tiempos, ahora que vienen mal dadas y ya no hay guapos mediáticos en el mercado con los que apetezca hacerse una foto, más que nada porque están todos, aunque viejos, en su equipo.
Florentino probablemente pudo y supo construir una boyante empresa de marketing, una sociedad floreciente y con valores en alza en la bolsa, pero los pilares eran tan poco sólidos como su proyecto deportivo. La empresa se hundió en cuanto la galaxia dejó de brillar y se vio eclipsada por equipos que desarrollaban políticas deportivas más compensadas (como la del Barcelona o la del Valencia).
Es cierto que saneó las arcas del club y que con su fichaje de cada verano -llegó a ser tan esperado por la prensa como los posados de la Obregón en la orillita del mar- rentabilizaba las deudas, pero jamás hizo valer el emblema con el que llegó al cargo, eso de los "zidanes y pavones", con el que prometía una esperanza a la cantera.
Despreció a figuras mundiales como Ronaldinho por ser más feo que Beckham (seguro que no vendía tantas camisetas, y, total, qué importaba que la banda derecha estuviera ya cubierta si las mechas doradas del británico iban a hacer del equipo todo un emblema en la gira asiática del verano siguiente) y no le llegó para entender que metía demasiados gallos en el mismo gallinero.
Su abandono del barco, además, me ha parecido cobarde y huidizo. Por menos se criticó a Camacho hasta la saciedad, y, sin embargo, ahora cargan todas las tintas contra los jugadores, como si el motín no lo hubiera consentido el propio presidente al aceptar los tratos de favor y los mimos personales con los que diferenciaba a las "vacas sagradas" en el vestuario.
Tienen culpa los jugadores, por supuesto, por consentidos, egoístas e insolidarios (ya han demostrado que son capaces de llevarse por delante todo lo que se les antoje), pero Florentino miraba para otro lado cuando Valdano dimitió, cuando le reprochaban lo absurdo o innecesario de algunos fichajes (Owen, Woodgate, Luxemburgo, Queiroz, Gravesen...) o cuando los que entienden de ésto le advertían que sólo con talento no se ganan copas, que el derrumbe vendría pronto.
Debe ser difícil para un ganador asumir que existe la posibilidad de perder. Complicado aceptar que no lo puedes comprar todo, o peor, que aunque lo compres, el vecino hace mejor guiso con menos ingredientes (que el Barça reedite su mejor versión del Dream Team ha contribuido, y mucho, al brusco desplome de la casa blanca). Mientras yo no me arruine, mientras el Bernabeú no saque pañuelos, a mí plim... parecía pensar el pope. Pero no me quita nadie de la cabeza que se las pira por la puerta de atrás, sin helicópteros, contratos a las espaldas o reuniones secretas en Sicilia, pero por la salida falsa al fin y al cabo.
Pocas voces cuestionaron su política en los dos primeros años de mandato, mientras los títulos brillaban aún en las vitrinas, pero la descompensación de una plantilla a la que sólo venían futbolistas ofensivos era cuestión de tiempo. Pasó con "la quinta del Ferrari", desmantelada tras ganar la Copa de Europa, y pasará mientras nadie sepa ver que jugadores como Eto´o son necesarios en cualquier equipo. Incluso en uno en el que jueguen Ronaldo y Raúl.
Supongo que el estilo de Florentino es válido en ACS, en las constructoras, en los negocios del ladrillo (no en vano, le han hecho multimillonario), pero el fútbol es algo más que un cuadrante económico. Incluso en el Real Madrid.
Y al socio, al final, le importa muy poco que las arcas rebosen si el polvo se acumula en las vitrinas.
Lo único cierto es que se ha ido antes de que le silben en la grada, que la calva de Zidane ya no brilla como antes y que no es fácil encontrar un sustituto; que Ancelotti ha renovado, Mourinho está a gusto con la chequera que le extienden en Londres, Benítez se desentiende y Capello parece no decidirse. Por algo será que ahora nadie quiere venir al mejor equipo del mundo.
Fernando Martín es un nuevo rico con aspiraciones, una persona hecha a sí misma a base de relaciones y despachos. Pero no va a estropear nada en el club, porque lo toma ya emponzoñado.
Ni pensó nunca en ser presidente de una entidad como el Real Madrid ni parece que vaya a durar en el cargo. Pero reprocharle cualquier atisbo de culpa me parece injusto. Al fin y al cabo, se ha comido el marrón que Pérez no quiso enmendar. Es su hombre de paja, aunque tenga menos estilo (y desde luego, menos oratoria). Y la tarea de sanear la plantilla, esto es, despedir a seis u ocho jugador con altísimas nóminas, la va a emprender él...
Una vez más, Flo se ha salido con la suya: no se le critica como debiera. Y sin embargo, al irse ha dejado la comunicación de un cordón umbilical invisible con el hombre de la directiva que él quería. Eso sí, antes de ahuecar el ala ha clamado su decepción por los hijos malcriados, su desconcierto ante los cuervos que pican la mano que les dio de comer...
Pero que otro asuma el estigma de una tercera liga en blanco. Desde Miami es más fácil aislarse que a través de los fríos cristales de Chamartín. Sin prensa, sin estrellas consentidas y... sin títulos.

17:12  

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